miércoles, 27 de agosto de 2014

Cuando el Amor y la Ternura acrisolan un amor a "primera vista"




Roberto y yo hemos sido grandes amigos por décadas, desde la adolescencia compartimos siempre las más importantes experiencias de nuestras vidas, estrechando nuestro vinculo en cada evento que implicara aquello que fuera marcando cada tiempo, con el signo imborrable del asombro y la belleza de la vida.

Por eso, cuando conoció a quien sería la compañera de su vida,  inmediatamente me escribió una pequeña carta informándomelo, y  describiendo emocionado la forma en que cupido acababa de intervenir contundentemente en su vida.
Decía más o menos lo siguiente:

Mi siempre apreciado Manuel:

Me encontraba apenas hace unos días en una trattoria romana ante suculento plato de espagueti,  cuando me invadió una extraña y agradabilísima sensación  que me hizo levantar la vista, para encontrarme con la mirada de unos intensos ojos claros en una hermosísima persona sentada en la mesita vecina.

Entre el calor, y la timidez que bien sabes que me caracteriza, le correspondí lo mejor que pude. Su mirada parecía concentrar toda la profunda belleza que un rostro pueda expresar, y que sólo deja lugar a la íntima  comunión que nace espontanea entre dos seres ante el  descubrimiento del amor a primera vista.

De pronto, el sentimiento que fluía entre ambos  fue confirmado por ella con  la más maravillosa de las sonrisas. Yo, a mi vez,  un poco sonrojado, encontré el valor para acercarme y presentarme.

Desde ese momento no quise perderla y, tal vez te sorprendas ¡ya es mi novia!  Espero pronto la conozcas, su nombre es Susana.

Asistí feliz  a su boda con Susana y a otros  tantos  eventos importantes en su vida familiar. Hoy, algunos años después me encuentro con él en la habitación de un  hospital,  cuida de su esposa recién operada de un carcinoma en la mandíbula derecha.

Roberto observa  la curación por parte de dos enfermeras. Una lágrima resbala en silencio desde el borde del lacrimal hasta la brutal herida en el rostro de la enferma que denota un momento de angustia.

Él capta aquella mirada asustada, suplicante, toma un apósito y hace un guiño a las enfermeras que suspenden momentáneamente su labor, se aplica suavemente  con una sonrisa encantadora a hacerle ver que es él quien  la cura, mientras va susurrando dulces palabras de consuelo. Luego, deja a las enfermeras proseguir mientras  le acaricia la frente.

Al final de la curación, con la frente perlada de sudor por una natural resistencia hacia las consecuencias  humanamente desagradables  de la intervención quirúrgica, acerca su rostro y besa el apósito sobre la herida  aun supurante, para luego acurrucar su cara junto a la suya.

Ella cierra los ojos apretándolos intensamente,  sorbiendo la sensación de ambos rostros juntos. Tras unos momentos, los abre para esbozar con esfuerzo en su rostro tumefacto, adolorido y desfigurado,  una sonrisa de profundo y amoroso agradecimiento.

Aquel rostro distante de la belleza física de aquel primer encuentro descrito en la carta de Roberto aún expresa la íntima comunión que sigue naciendo espontánea, con la confianza de recibir del amado una sonrisa y ternura verdaderas.

Se aman con una libertad  que los eleva muy por encima de las experiencias  sensibles y los motivos de razón que integraron  su unión en sus inicios. Razones todas de bondad  pero que jamás  limitarían su yo libérrimo que preside con toda su voluntad,  su mutua  entrega en cuerpo y alma.

Soy testigo de la lección  de vida y  amor de un matrimonio acrisolado; de un ejemplo de amor grande en la vida ordinaria, en donde la voluntad enamorada comunica su presencia con rostros y manos entrañablemente afectuosos, con la amabilísima sonrisa y la caricia tierna. Manifestaciones que tocan la verdad, bondad y  belleza en lo sublime del  amor conyugal.

(Artículo publicado por la revista Ser Persona)

La ternura de la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja

Pues brilláis en Valvanera 
como sol de esta región
miradnos Madre amorosa
con tierna predilección
miradnos Madre amorosa
con tierna predilección 

Virgencita adorada de Valvanera
serranilla graciosa, bien de esta tierra. 

viernes, 22 de agosto de 2014

Acariciar

Acariciar. A veces se trata de eso. En nuestro mundo, en nuestra vida, en nuestro día a día. 
Algo tan sencillo como eso. 

Sonreír a quien está triste (pero no sonrisas fáciles o vacías, sino que establezcan un vínculo). 

Apretar una mano (y con ello transmitir un mundo). Acariciar un rostro, prometiendo estar ahí.

Ver, y aún más, mirar al otro… oír, y entonces escucharle. 

Abrazar a quien se siente tan abandonado, tan abatido… 

Estar ahí para los otros, y hacérselo saber. 

Me gusta pensar en Jesús como un hombre que también hablaba con sus gestos.

martes, 12 de agosto de 2014

domingo, 3 de agosto de 2014

Vulnerabilidad y valentía

VULNERABILIDAD

ES IGUAL QUE
 
 VALENTIA

 

Quizás lo único que tienen en común son las consonantes con las que empiezan ambas palabras. Sin embargo, yo diría que son sinónimas en su sentido.

Cuando escuchamos decir de alguien que es vulnerable, pensamos en una persona débil, desprotegida, indefensa… alguien que puede ser herido.

En cambio cuando oímos que una persona es valiente, en seguida nos viene a la mente alguien atrevido, osado, arriesgado, decidido…una persona esforzada.

Antes de continuar, desgranado estas dos palabras y su relación intrínseca, nos vamos a trasladar al mundo del cine. Hace poco menos de dos años, proyectaban  la película Brave, que se traduce al castellano por Valiente. Es un film de dibujos animados. Sin ánimo de destrozar la película, solo me voy a quedar con una de las enseñanzas que trasmite en su guión.  Es más que una historia, en la que se puede entrever que, la verdadera valentía de una persona, es la que brota de la necesidad de transformarse, de madurar en todas sus dimensiones. Y en este punto, ya estamos en condiciones de seguir.

No es más valiente el más intrépido, sino el que más arriesga. Y el mayor riesgo que se puede correr es el de quedarse totalmente desprotegido. Puedo ser valiente, pero no me toques el dinero, ni el trabajo, ni mi comodidad… ¿Dónde está la dificultad?
 
La verdadera pérdida, es perder lo valioso. Valiente es también el que tiene valor, el que vale. Y sin entrar en términos cuantitativo, fácilmente entendemos, que tiene algo importante. Es de valientes ser capaces de renunciar a  nuestro valor para quedarnos expuestos y dispuestos. Este es el valiente vulnerable. Y ya van las dos palabras emparejadas.

Renuncia a su valor y se hace vulnerable. No es una decisión fácil, ni espontánea, ni irracional. Es una opción que nace de la experiencia de haber descubierto que el verdadero valor, es no valer.

Así escrito puede parece un poco  disparatado, pero si analizamos las razones que hay detrás de esto, fácilmente podemos entender que radican en haber descubierto donde está el autentico valor y único.

Mi valor, no es lo que yo diga de mí, o incluso, lo que dicen otros. Soy valiosa porque he sido creada con un valor intrínseco y desconocido, que solo puede ser descubierto cuando dejo que salga mi auténtica valía. Y ésta, solo es posible, en la medida en que no tengo medida para dejar que la mentira me lo impida. Nada de espejismos, ni engaños. Nada de apariencias, ni sobrevaloraciones. Nada de egoísmo.

Para neutralizar su efecto, es indispensable dejar mi yo, lo mío, el conmigo, el para mí… y salir. Y las armaduras son costosas, e ir desprendiéndose de ellas, requiere un ejercicio de valor, que solo será autentico si me muestro como soy, y no como yo misma u otros piensan que soy.

Esto necesita de mucha espeleología interior. De mucho buceo en lo profundo de mi ser. Y adentrarse en esas cavidades, es descubrir mis partes blandas, tiernas. Esas que   ya no están recubiertas de creencias, pensamientos o voluntades. Es llegar a encontrar la médula de todo valor: el corazón.

No es un proceso inmediato, ni está exento de dificultades. Tiene grandes retos que vencer, miedos que superar, comodidades que tumbar.

Aceptar exponer lo que me hace valiosa, es igual que decidirme a exponer mi vulnerabilidad, y esto es de valientes. De verdaderos valientes en vulnerabilidad.